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El petróleo, Dios del mundo

Hoy hago un huequillo para postear. Necesito liberar ideas tras leer periódicos digitales y escuchar anoche las noticias. Parece que el mundo se para: pescadores, transportistas, taxistas…

El petróleo sube y sube sin parar. Quieren que el gobierno tome medidas pero yo tengo mis dudas de que aunque se tomasen fueran efectivas. El Gobierno y la supuesta crisis económica, aunque a algunos les joda, no es culpa del Gobierno, vamos, culpa directa.

El petróleo, que parece el pan de occidente, sube por mil diversas razones de las que somos responsables por ser parte de este mundo en el que vivimos y de este orden preestablecido.

Hay que ser conscientes que existen primero dos variables que no pueden cambiarse que hacen complicarse mucho la ecuación. Primero es que es un recurso escaso. El mercado de la oferta y la demanda habla por sí solo. Es un bien limitado pero utilizado sobredimensionadamente por todo el planeta. Desde lo que llevamos puesto a lo que comemos en gran parte es petróleo. Estamos atados por los «cojones» mientras siga siendo nuestra principal fuente energética.

Y luego, la otra variable que complica más la situación y hace que el precio se incremento por encima de lo que marcaría el mercado es que el petróleo es un recurso geográfico. Se da en determinadas zonas, quien lo tiene, tiene poder y eso no podemos cambiarlo. ¿Qué ocurre? Pues, es evidente, cualquier circunstancia política altera los precios.

Hacer un balance de todo lo ocurrido en los últimos años nos lleva a la situación actual: 11-M, guerra de Afganistán, la guerra de Irak, los 60 años de conflicto árabe-israelí, la lucha de poder entre la Venezuela de Chávez y los Estados Unidos de Bush, la dialéctica continua Irán-USA, la crisis económica mundial y las declaraciones de unos y otros a lo largo y ancho de medio mundo.

Por mucha huelga que hagan transportistas, pescadores, taxistas y demás gremios, aquí en España, Francia o donde quieran, no solucionará el problema. El petróleo va a seguir subiendo independientemente de las medidas que tomen Zapatero, Sarkozy, o la Unión Europea. Para frenar la subida habría que actuar en sus causas.

La ligada a la política es sumamente difícil paralizarla. El petróleo es poder, mucho poder y aunque medio mundo se pusiese de acuerdo para hacer el mundo más justo (algo que es complicado porque cada uno pensamos en función de nuestros intereses y necesidades) y saliese a la calle, hiciera una huelga permanente para frenar el orden conocido, los gobiernos, lobbys y multinacionales encontrarían la manera de frenar la marea humana incluso antes de producirse. Los seres humanos somos débiles y se nos compra en seguida. Tendemos a ver el hoy y no el mañana.

La otra solución, difícil pero posible (esta sí) a medio-largo plazo, es luchar por el cambio de recursos. Cambiar de recurso energético acabaría también con la causa anterior. El mundo (aunque sea el occidental) debería manifestarse, ponerse en huelga, para lo realmente importante: cambiar el sistema energético actual.

Es de idiotas utilizar un recurso escaso, localizado geográficamente en pocos lugares del planeta y que es necesario explotarlo con otra tanta cantidad de dicho recurso. ¿No será más efectivo utilizar energías presente en otros recursos? Impulsar todos los presupuestos de I+D de Occidente al desarrollo de energías renovables, utilizar el sol, el aire, el mar, la energía geotérmica y todas aquellas que nuestro planeta produce en un sin fin de zonas y lugares, provocando el verdadero cambio de orden al convertir en energía recursos inagotables y en manos de tanto países ricos como países pobres. Se acabaría el mamoneo del petróleo, de las guerras por dicha causa (defendidas con otros argumentos falacios), de los conflictos diplomáticos, de la subida de precios, de las huelgas por dichos precios y por tanto con el desabastecimiento de los mercados.

Soy una ilusa, pero soy extremadamente positiva y creo en la movilización por el cambio. Eso sí es una buena lucha, acabar con el petróleo ( no, acabarlo), derrumbar el sistema político económico que conlleva.

Esto supone la concienciación de todos. Cada día se suma alguien a la causa, y por algo se empieza.

Con respecto a las movilizaciones de los gremios contra el gobierno, espero que sea por el petróleo, no por desgastar al gobierno, aunque nunca se sabe. De todas formas, me alegro. La movilización de la sociedad siempre supone algo. No hay nada peor que la indiferencia y el pasotismo.

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Si esto es una crisis, ¿qué es lo que sufrieron las 20.000 personas que murieron ayer de extrema pobreza?

Es curioso este mundo, muy cruel pero curioso. El mundo occidental lleva meses lloriquenado por una supuesta crisis económica que parece conllevar el fin del mundo conocido. Y yo, me rio. Ahora, a esos, muchos de los que me leéis, que no llegais a pagar la hipoteca me estareis maldiciendo pero voy a seguir riendome. ¿De verdad que merece la pena tanto revuelo por tener que esforzarse un poquito más, gastar menos, no irse de vacaciones puede que este año y al que viene? Occidente no se plantea que afortunada es. Sus ciudadanos llaman crisis a apretarse el cinturón, mientras que en el resto del mundo cada día mueren 20.000 personas de pobreza extrema.

¡Que ironía! Mientras esta «crisis» llena hojas y hojas en los periódicos, que tanta gente muera diariamente por hambre, puro hambre, no es noticia. Por ahí, en este loco medio que es Internet, he leido comentarios de gente «pero si no es noticia, si es algo cotidiano» y lo peor, quien lo dijo, seguro que esa noche durmió a pierna suelta.

Los medios, yo, periodista, quizá no debería decirlo, pero es verdad, dan verguenza, hasta asco. Tantos intereses económicos que corrompen el mundo y dan prioridad a miles de asuntos antes que al ser humano en su esencia. ¿como es posible que no nos conmueva la cifra? ¿Cómo es posible que mientras medio mundo sí vive en crisis permanente, la otra parte se compadezca de sí misma y no tenga ojos para más allá?

Sufrimos lo que muchos llaman «recesión» por vivir al extremo de la especulación, de la vivienda, de la ropa e incluso de la comida. Vivir por encima de nuestras posibilidades se ha vuelto rutina y luego nos quejamos.

Todos somos responsables, es fácil echar la culpa a los bancos, a los gobiernos pero ¿no somos nosotros parte de ellos? ¿no utilizamos a diario esos bancos?¿no hemos elegido a nuestros gobiernos? ¿no compramos a esas multinacionales explotadoras? No propongo una huelga masiva de nuestro estilo de vida, no sé si eso serviría ya de algo. Sólo propongo que dejemos atrás el cinismo. Que removamos nuestras conciencias y presionemos a los medios para conseguir que ellos lo hagan.

Desearía no tener que ver noticias como que la crisis llega a las grandes fortunas de este país. Vamos, ya era hora. Lo que no tenía que haber tales fortunas mientras haya gente que viva con menos de un euro al día. Leo en los periódicos que hay «afortunados» que han perdido en esta supuesta crisis 10.000 millones de euros. Pero ¿cómo es posible? No me refiero a que los pierdan, si no a que cómo es posible que toda esa gente con tantos millones que perder el 1% del PIB de nuestro país no les suponga nada, no se hayan unido para parar con sus migajas las muertes diarias.

La antitesis del sistema está tan olvidada. Nadie llora por esos muertos. Esos que se quedan sin su materia prima básica (ahora el nuevo juego de los ricos y las empresas es especular con el arroz, menudo monopoli trágico es el planeta Tierra) y nadie les escucha (muy pocos), esos que son la mayoría de la población de este mundo.

Por favor, que alguien me diga que por culpa de esta crisis, no tiene que comer. Seguro, que en España, los que más se quejan tienen un plato de comida tres veces al días, seguro que se toman el café o la cerveza en el bar, seguro que se van de vacaciones aunque sea de camping, seguro que van justos porque el primer mundo tiene costumbres caprichosas.

Aspirar a tener cosas es una necesidad humana pero suplico, desde mis post de hoy , que pensemos antes de llorar, antes de creer que el mundo llega a su fin. Por favor, que los medios no os metan en la corriente turbulenta de la crisis. Que sí hay crisis, que sí debemos actuar, pero no en el lado del mundo que creemos. Que hay mucho trabajo por hacer, que hay que quejarse pero de lo que hay que quejarse. Que 20.000 muertos diarios por la pobreza extrema no nos vuelvan a ser indiferentes.

Tenemos que recuperar el latido de nuestro corazón y que la sangre nos vuelva a correr por las venas. No sirve que la ONU de avisos, seamos conscientes cada día y luchemos como podamos, que solo hay que querer. Y si al final, no cambiamos nada y la hambruna sigue recorriendo el mundo, por lo menos que seamos conscientes, que como ciudadanos privilegiados nos cueste por lo menos dormir.