Ayer fue otro de los días que la ciudad de Madrid querrá olvidar y no podrá. 153 muertos en Barajas y 19 heridos. Una tragedia aeroportuaria que a todos nos provoca la misma pregunta ¿por qué?
Además del duelo a tanto muerto, que recuerda a la tristeza compartida del 11-M, es hora de depurar responsabilidades. Esperemos que la crisis económica por la que está pasando Spanair (y el resto de España) no haya afectado. Esperemos que la cegazón de las pérdidas económicas no haya afectado a la seguridad de los aviones. El piloto estará en el punto de mira aunque parece ser que hizo todo lo posible. Puede que la clave esté en el avión, una fatídica reacción en cadena, de un fallo a otro, que provocó la tragedia.
Habrá que esperar los resultados para hacer un análisis completo y poder depurar responsabilidades si las hay.
Pero a lo que voy con este post es a intentar huir de la falacia, del dramatismo. El avión es el medio más seguro de viajar y eso no lo cambia este accidente. Por mucho que digamos que es una tragedia (que lo es) no es más que los muertos en accidente de tráfico durante este verano. Las muertes en carrtera ascienden a 362, 209 más que en este accidente. La diferencia: unas son goteo constante, otras han sido de golpe.
Pero ¿quien criminaliza a los coches? si seguimos viajando por carretera, ¿por qué dejar de volar? El avión es uno de los más fantásticos medios de transporte. ¿no os habeís sorprendido como después de 8 o 10 horas apareceís en un mundo distinto? Es la maravilla de volar. Nada está demasiado lejos y cada día es más barato. El avión ha popularizado el viajar, en Occidente volar ya no sólo es para cuatro. Cualquiera puede permitirse aparecer en un lugar diferente, en una cultura distinta. El avión permite el disfrute, la interrelación, el aprendizaje.
No dejemos de volar, no cerremos nuestros ojos por una tragedia en un avión. Es un hecho aislado y las cifras lo demuestran. En un telediario escucho que en las últimas tres décadas 1800 personas han muertos en accidente aereo en nuestro país. Y según un informe de la DGT, las carreteras españolas han dejado más de 700.000 personas heridas de distinta consideración en los últimos cinco años en accidentes de tráfico, que se han convertido en este periodo en una de las principales causas de mortalidad en nuestro país y la primera entre quienes aún no han cumplido los 35 años. Y en lo que va de año ya han fallecido 1282 personas.
No hagamos más drama del ya existente. Es una tragedia enorme, pero la misma que se sucede a diario en las carreteras españolas. Analicemos con lupa lo sucedido, intentemos depurar responsabilidades pero no exageremos. El avión sigue siendo el medio de transporte más seguro, asumamoslo.