La maleta de Agustí Centelles y sus secretos es una razón más para exigir que haya una ley digna de la memoria histórica. Las vergüenzas españolas escondidas en una maleta, que se abrió en 1976 pero que no han supuesto nada. ¿cómo podemos seguir con nuestras vidas después de ver la verdad? Ya no pido que reclamemos los procesos de Chile, pero un mínimo de dignidad y de reconocimiento, ya no sólo a los muertos, si no a todos aquellos que vivieron con miedo durante cuarenta años.
Esta maleta y las miles que hubo y se perdieron son un ejemplo más de lo miserable que es meter la basura debajo de la alfombra.
No entiendo ni entederé jamás que los españoles solo miremos hacia delante, porque el que camina sin conocer sus pasos puede tropezar incesantemente.
Por la dignidad del pueblo español y de una verdadera ley sobre la memoria histórica.